Txango al Pimiento
Todo ha empezado esta mañana a las 11 en la Tortilla. Lo que era una excusa para despedir a nuestor querido amigo Porney ha acabado con ser un txango inolvidable. 9 tios, 2 coches y un destino, El Pimiento. Algunos se preguntarán que es eso de El Pimiento, es un restaurante con toque rústico ubicado en un pueblo llamado Tirgo, cerca de Haro (La Rioja). El camino hasta Haro se ha hecho bastante rápido, Hommer con su corsario y Ladry con el 307 de Futty, han dado una gran clase de conducción por autopista. Nada más llegar al peaje de Haro nos hemos dirigido a Tirgo para reservar mesa y después, como nos han avisado de que en Haro son fiestas, hemos ido a conocer las callejuelas de este lindo paraje de La Rioja. Estas calles han sido protagonistas de un poteillo donde nos hemos animado bastante, hasta nos hemos sacado unas fotillos en la plaza del pueblo donde las banderas de España han servido de fondo. Al terminar la sesión de fotos,el hambre ha empezado a causar estragos entre los integrantes del grupo y decidimos tirar para El Pimiento.
Gran lugar también esta bodega, hemos sido bien recibidos y colocados en nuestra respectiva mesa. En un primer momento yo ya estaba pensando haber cuando nos iban a traer la carta, pero sorpresa grata me he llevado al ver que el menu lo ponía la casa, estilo menu sagardotegi pero a la riojana.
primero: raciones de pimientos, ensalada, morcilla y chorizo.
segundo: gran fuente de chuletillas que estaban cojonudas.
Y me paró en el postre. La etxeko andre o señora de la casa nos ha aconsejado el postre de la casa. Nosotros al ver que todo lo que nos sacaba no nos defraudaba, hemos accedido. Gran postre, canutillos y pastelitos de crema! un poco de risa ya nos ha dado, Porney ya staba pensando en un helado o algo parecido. Después ya sabeís lo que viene, cafecito, orujito y puritos. Mención especial a la sobremesa, no me reía tanto desde hace mucho tiempo. La especulación de como iba a ser la cuantía de la dolorosa ha dado para una hora de jolgorio, ha sido bestial.
Una vez pagada la comida, la modorra atacaba nuestros cuerpos. Tiramos para Vitoria para acabar descansado en Landa, la playa de Vitoria, de playa tiene poco pero es un lugar estupendo para descansar al lado del pantano. Muy bien que ha estado este puto txango, un día perfecto para visitar las cultura del sur, tomando como punto de referncia nuestro querido Bilbao.
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